lunes, 23 de julio de 2012

Amores pa' toa' la vida.



Si tuviera que elegir una religión sería EL AMOR. Amar, tiene que ser un acto de fe. Una locura que no existe para ser vista, sino para ser sentida. Una locura en la que hay que creer ciegamente. Y como religión, tendría una sola doctrina, la de amar con todo lo que se tiene/se es, con el cuerpo, la mente, el corazón. Con los cinco sentidos, y hasta con la intuición. Habría un solo mandamiento, enamorarse perdidamente de cualquiera. Del que sea. Pero que mientras el amor dure, sea intenso, nada de mediocridades.

Creo, firmemente, en que se puede amar a varias personas a la vez. En que el amor no tiene cabida para la mezquindad. Creo, en que si hoy estoy con alguien, pero a los 3 segundos me detengo a mirar un tipo guapo por la calle, no merezco ser juzgada. Tal vez lo que tengo es demasiado amor para dar, y muy poquita gente a la cual ofrecérselo. 

Pareciera que hemos pasado la eternidad discutiendo la existencia de las medias naranjas/almas gemelas, descuidando que somos 6 billones de seres humanos, y que si bien existe ''una cerradura para cada llave'', hay llaves universales que encajan en muchas cerraduras. Como los controles remotos genéricos, que funcionan en varias marcas de televisores.

Me gusta creer que yo soy una llave de esas. Una pieza que puede funcionar en varios rompecabezas. Que tendré la posibilidad de amar a mucha gente, en tan poco y tan corto tiempo. En que durante mi existencia en este viaje que llamamos vida, podré compartir mi amor con todo aquél que desee incorporar en mi vida. 

Y sí, es cierto, llegará el momento en el cual deba ''sentar cabeza'', dejar el zapping afectivo, conservar a una sola persona y quererla ''hasta que la muerte nos separe'', o hasta que ''el felices para siempre'' haga de las suyas.

Pero mientras tanto, y gracias a Naky; trabajaré en algo que ella llama ''Amores para la Próxima Vida'', versionándolo un poco a mis amores para esta y otras vidas. Para reseñar aquellas historias de amor/desamor/capricho que han marcado a esta escritora. Será una bitácora de cariño, digna de releerse y desenterrarse cada cierto tiempo. Cuyos protagonistas serán todos aquellos conocidos y anónimos con los que deseo -así sea por ínfimas de segundo- conjugar el verbo amar.

Anímense, y piensen en todas aquellas oportunidades que han dejado pasar. Amen. Amen hasta que no les quede tiempo pa' ninguna otra cosa.