Beatriz María, así dice mi cédula de identidad, y mi partida de nacimiento. Así fui inscrita en ese cuadernito de jefatura civil en el que todos somos etiquetados como si fuésemos mermeladas en anaquel de supermercado.
Beatriz, 7 letras que me nombran, Beatriz como mi madre, como mis 3 tías, como mi prima-hermana, como mi hermana mayor. Beatriz, como la del Dante, como la reina de Holanda. En el colegio, en clases de inglés era simplemente: Beatrice, como la hija regordeta de Sarah Ferguson-Duquesa de York-.
Entre tantas Beatrices, hubo que buscarse un apodo. ''Bea'' ya estaba ocupado por alguna de las mayores, y mi hermana, decidió en medio de balbuceo infantil que sería ''Batita''. Muchas historias detrás de ese sobrenombre, que me ha acompañado todos los días desde que tengo memoria.
Amigos, conocidos, panas, profesores, familiares han hecho del ''Batita'' el nombre con el que volteo. Con el que me graban en sus celulares, con el que me saludan por la calle. El Beatriz ha quedado reservado a pocas personas y a escasos momentos. Los regaños y reclamos se le hacen siempre a Beatriz. Las propuestas, invitaciones, confesiones siempre a Batita. Y el Bea, el Bea es ese nombre con el cuál solo algunos me llaman. Decir Beatriz, es -casi siempre- un detonante de conflicto y show. Decir Batita es llamar al alma de la fiesta, a la amiga siempre dispuesta a inventarse un plan, es decirle a la activista política que hay en mí que la necesitan en algún lugar para que discuta y salve la situación.
Batita tiene una cantidad insólita de derivados, como Bati, Batibati, Beta, Bat, Bats, Batichica.
Tan variados como las actitudes que cada una de ellas emana, la @Batita_Gonzalez no es más que una Carrie Bradshaw en ciernes, que dispara tweets liberales,libertinos, filosóficos,mal intensos a dosporuno. Es tan solo una de las tantas que soy, La Batita 2.0 que bloggea, escribe, tuitea, es como la manzana del laberinto de Adán, mitadmentira-mitadverdad. Es el álter ego en el que la inseguridad se refugia. En el que los porqués se resuelven. En el que el atractivo y la confianza hacen acto de presencia. Batita tiene cervezas, rones, vaqueritos rojos y vestiditos cortos de vida alegre. Es autosuficiente, y se viste con una actitud de ''qué más da''. Se subraya los ojos con negro, y se resalta la boca de carmín. Conflictiva, miesteriosa, retadora. Batita tiene tinte de femme fatale de cine francés de la década del cincuenta. Batita no es del todo Beatriz.
Bea, es la titular de la vida 1.0, mucho menos divertida que ese circo virtual que se monta la Batita. Beatriz tiene deudas, responsabilidades, compromisos. Obligaciones, cuentas por pagar, to do lists por consumir. Sueños, temores, éxitos, fracasos, ídolos rotos, un corazón remendado y un miedo total y absoluto a la soledad. Beatriz tiene lentes de pasta, ojeras y un par de kilos demás. Una cantidad de libros en la mesa de noche, una serie de pensamientos de izquierda atrapados en el medio de sus dos cejas. Humanitaria, solidaria, con ganas de encajar en algún sitio. Busca la horma de su zapato, y la fórmula de la vida eterna. Bea, tampoco es Beatriz.
Beatriz aún está definiéndose, no quiere ser ni Bea, ni @Batita_Gonzalez 24/7. No quiere los temores de la primera, ni el estilo de vida de socialité de la segunda, porque tanto miedo deprime, y tanta fiesta agota. Porque no hay mal que dure cien años, ni fiesta que no se acabe. No quiere vivir en la sala de espera donde Bea busca entre páginas amarillentas de revistas viejas como ser ''La Chica Diez''. Pero no quiere desgastarse la cara de tanto maquillaje y flash, de tantas burbujas rodando por la garganta, ni tanto baile acumulándose en las piernas. No quiere depender de la 2.0 ni de bloggear para hacer catarsis. Quiere seguir escribiendo, en otro formato, sin seudónimo. Quiere que ese otro que lee, no se invente historias, que los alter egos están diseñados para entretener, nada más.
En resumen, Beatriz quiere ser un poco como Bea, a ratos como Batita, y finalmente quiere vivir, y que ya no le quede tiempo pa' otra cosa.
Bea, Bats, Bati, Batichis, laqueescribeconmigo... Eres, para mi, todas y una pero jamás ninguna.
ResponderEliminarTe quiero mi B.