Me muevo por la vida al compás de la música que escucho. Esa que me acompaña cuando la espera en el Metro se hace eterna, esa que me alborota las musas. Esa melodía que me invita a soñar, a buscar historias entre la mirada perdida y esquiva de la gente. Esa música que le da tumbao' a mi caminar. La música que me levanta en las mañanas cuando aún no he tomado café y estoy en esa especie de ''no man's land'' donde no estoy del todo dormida/despierta.
Hoy, me levantó Bruno Mars, diciéndome que ''i wanna be a billionaire so fucking bad''. Con ese pensamiento me lavé los dientes y me fui a bañar, convencida de que puedo hacer un par de millones con mi trabajo y esfuerzo. Mientras caminaba hacia el metro, Luis Eduardo Aute me recordó que ''todos los caminos conducen a Roma, y es verdad porque el mío, me lleva cada noche al hueco que te nombra''.
Pasaron las personas, los vagones y dos trenes antes de subirme al mío, justo cuando sonaba Andrés Suárez y yo despedía -en silencio y sin hacer aspavientos- a mi amor de Metro, ese muchacho encorbatado con el que nunca he cruzado más que un ''Permiso, por favor'' pero que coincide conmigo todas las mañanas. El gallego Suárez me recibía con ''Números Cardinales'', y yo, sonreí a mi reflejo en la ventana, pensando siempre que ''si quieres, nos quitamos la ropa y leemos algo''.
Me bajé, como siempre, caminando apuradita, mientras Guaco hablaba de ''como caminan, las caraqueñas''. Sonreí, y con el ipod a todo volumen pedí mi tan ansiado con leche doble, tibio, ese que sirve de despertador en las mañanas.
Pasaron las horas y me tocó volver a encender mi pequeña caja de Pandora musical, solo que ahora era media tarde, el cielo estaba gris y lluvioso, y yo andaba melancólica. Sentada en un banco de cualquier plaza caraqueña Georgina me dijo ''quédate allí, disfrutando de tu vida y libertad''.
Una lágrima resbaló del borde de mis ojos, mientras una guacamaya solitaria elevaba al cielo su lamento. El ipod volvía a jugarme una mala pasada, y le tocaba a Ron Pope darme una cachetada de realidad ''i don't wanna waste the weekend, if you don't love me, pretend, a few more hours, then it's time to go''.
Y lo recordé a él, a sus boletos aéreos, a nuestra diferencia horaria. Pero como toda tortura llega a su fin, al minuto 3:14 de la canción por un movimiento brusco el aleatorio de mi ipod me lanzaba la última canción antes de anunciarme que la batería estaba descargada.
El último mensaje de mi ipod, sonó con el tono de voz ronquito y del sur de España de Bebe, diciéndome que ''hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti, que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño. Hoy vas a conseguir reírte hasta de ti, y ver... que lo has logrado''.
Y así, riendo, con un ipod sin pila, y el mejor soundtrack del día subí a la camionetica, con la esperanza de que la banda sonora del día siguiente fuese igual de prometedora.
Una vez me dijeron que la vida tendría mucho más sentido - o al menos sería más divertida - si tuviera fondo musical al estilo de las películas. Ya veo que contigo aplica por completo. Pero no creas, yo creo que soy peor. Invento los videoclips de todas y cada una de las canciones que escucho cuando ando por la calle, es arrecha la vaina. A veces me pongo a crear diálogos y no me doy cuenta cuando estoy hablando solo... Tú sabes, la esquizofrenia es una vaina seria. ¡Nos estamos leyendo!
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