Besos.

Por ahí ví una imagen que reza ''La Ciudad es un Bosque de Besos'', y sí, sonará cursi, pero es así. 

Día a día somos testigos, observadores mudos, o protagonistas de una cantidad de besos que pasan desapercibidos. Besos que se pierden entre el ruido de los carros, la música de los locales, la bulla de la gente. Besos que pasan por nuestro día a día sin pena ni gloria.

Tenemos besos de buenos días, esos besos que se dan los recién casados o los novios que se lanzan a la tarea de vivir juntos,besos que vienen cargado de un ''feliz-día-para-ti-ya-quiero-volverte-a-ver-''. Tenemos besos de desayuno, esos que dan las mamás a sus hijitos cuando los dejan en el colegio, besos que van de la mano de loncheras y meriendas.

Hay besos de parada de autobús, o de andén de metro. Besos de ''hasta-más-tarde-mi-vida''. Hay besos de compañeras de escritorio, de ''hola-amiga-cómo-estás-tú?''.

Hay besos de noviecitos entrando a la universidad, besos de puerta de salón de clase, besos que saben al primer cigarro del día, y al con leche de las mañanas.

También hay besos con falta de estatus, esos besos que les damos a ese alguien con el que hemos pasado la noche, pero del que no sabemos a ciencia cierta si habrá más besos como esos. Besos estilo ''no-sé-que-quieres-pero-deja-de-besarme-así''.

Hay besos de aeropuerto, de despedida, de ''vuelvo pronto'', de ''espérame''. Hay besos cargados de nostalgia, besos llenos de esperanza y fuerza, besos de sala de espera de hospital, besos de pasillo de quirófano, besos ''Dios-te-bendiga''. Besos de abuelitas. Besos de ''buenos-días-maestra''.

Besos volados de autobuseros, motorizados, obreros, besos de ''eso-lo-que-está-es-miamor''. Besos de ''mami-voltea-pa-que-te-enamores''.

Besos que morimos por dar y temerosos escribimos como emoticonos de mensajes de texto, de pines, de chats. Besos de conversaciones telefónicas, ''sí-estamos-hablando-un-beso-chao''. 

Besos devotos, besos a estampitas religiosas de gente que suplica milagros. Besos traicioneros. Besos robados. Besos de colegiales, de casados, de novios.

Hay tantos besos como segundos en el día. Besos capaces de parar el tiempo. Besos comprados al por mayor a cualquier prostituta de esquina. 

Besos de fanáticos, besos de ''gol-home-run-ganamos''. Besos de ''estoy-orgulloso-de-ti''. 

Besos de ''te-necesito-por-favor-vuelve''. Besos de Skype, de Gchat, de dm's de Twitter.

Tenemos besos de media tarde, de merienda, de final de jornada. Besos con sabor a dulce de leche, a chocolate. Besos con sabor a Cuba Libre de un jueves en la noche. Besos cargados de cotufas de cine, besos de ''vamos-a-intentarlo''-. Besos de ''gracias-por-todo''.

Besos en los labios,las mejillas, las manos, las frentes.

Besos que piden porque la noche sea buena. Besos que miran al otro a duermevela. Besos de desconocidos, besos robados, besos a secas. A oscuras, a plena luz. Besos prohibidos, besos inocentes. Besos que saben como ayer, como al sexo que se fue. Besos que esperan en la despensa. Besos curiosos. Besos de ''vuélveme-a-querer''.


Besitos de principiantes. Besos de buenas noches, besos de bienvenida. Besos de ''es-hora-de-dormir-niñitos''. Besos de ''hasta-mañana-mi-vida''.


Y mis besos favoritos, esos que se dan después del sexo, sin largarse del colchón.